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viernes, 5 de febrero de 2010

Trajes de neopreno

EL FIN DEL POLIURETANO

Acabó hace dos meses el Campeonato de Europa en piscina corta que se ha disputado en Estambul poniendo punto final a dos años en los que la natación mundial se ha visto revolucionada con la nueva generación de trajes de poliuretano, apareció a principios del 2007, fabricado con poliuretano impermeable y que basándose en la captura de las burbujas de aire, favorece la flotabilidad y por consiguiente el rendimiento del nadador. Estas mallas fueron puestos en circulación al módico precio de más o menos 500 dólares.


Pero la inversión que cada nadador en algunos casos y de las familias en la gran mayoría, parecía justificada, no importaba si se rompían en la cámara de salida a poco que se agachara el nadador o nadadora, ni que se tardara en enfundar, como una segunda piel, una media de 20 minutos, cualquier cosa estaba bien con tal de enfundarse el “bañador milagroso” con el que se han rebajado durante los 24 meses, 249 Record de Mundo.

La FINA (Federación Internacional de Natación), después de varios intentos por regularizar la situación, publicó en julio/2009 las nuevas normas sobre bañadores que entran en vigor el próximo 1 de enero de 2010 y perdurarán hasta 2013.

La principal, sin duda, es la que se refiere al material, en la que se especifica que sólo podrán ser de fabricación textil, en donde no tiene cabida el poliuretano. Pero también se dejarán de ver los bañadores que cubren todo el cuerpo, porque se limita la superficie: en el caso de los hombres no podrá superar el ombligo ni ir más abajo de los tobillos mientras que en las mujeres, no podrán cubrir el cuello ni los hombros. Asimismo, se regularon otras variables como el grosor (0,8 mm), lo flotabilidad (0,5 Newton) o la permeabilidad (80 litros/m2/segundos).




Todo esto, supondrá dicen, una vuelta a la normalidad, pero la natación habrá perdido algo que se había ganado durante estos dos últimos años, -ESPECTACULO-, aunque fuera a costa de cargarse la pureza de este deporte amañando la flotabilidad de los cuerpos. En algunos círculos se llegó incluso a hablar de “DOPAGE TECNOLOGICO” para referirse a las ayudas no naturales que suponía nadar con los bañadores de poliuretano.

Pues bien, a partir del 01 de enero, tan solo los realmente privilegiados por la naturaleza para este duro deporte, volverán a ser los protagonistas de los record, pero hablando de record, ¿quien podrá ahora acercarse a esas marcas que actualmente reflejan las listas de record? Aún no hay decisiones aunque se habla de hacer una lista de record que de continuidad a la antigua dejando aparcada la actual.

Los nadadores han sido claros. O, al menos, han sido claros desde Roma 2009 y la mayoría se ha declarado en contra de las prendas de nueva generación, ya que estas no ayudan igual a unos y a otros ni influyen igual en unos estilos que en otros. No todos los cuerpos tienen la misma flotabilidad y es imposible saber en qué medida ayudan porque las pruebas son muy caras, la forma de los nadadores varía a lo largo del año, no te ayuda igual en enero que en agosto, en altura o al nivel del mar, y lo que le ocurre a un maniquí en un experimento no es extensible a una persona.

Sea como fuera, las voces están sonando y algunos nadadores ya han expresado su satisfacción por el retorno a la natación pura.

Con esta decisión, después de dos años locos, todos volverán a sus sitios, todos salvo aquéllos a los que el poliuretano les ha borrado de su lugar en la historia: nombres como el de Ian Thorpe, la húngara Kristina Egerszegi, especialista en pruebas de espalda, el ruso Alexander Popov, considerado como uno de los mejores de todos los tiempos o la fondista norteamericana Janet Evans. El único superviviente tras el paso del huracán Jaked es Grant Hackett, todavía presente en la tabla de marcas mundiales, las suyas son las únicas anteriores al año 2008.

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